“Es un reconocimiento a la manera de trabajar. Lo que se certifica es todo el proceso productivo, desde la semilla hasta el producto seco, almacenado, y la expedición”, explicó a Dinámica Rural el ingeniero agrónomo Álvaro Platero, director y gerente general de Arrozal 33, primera empresa arrocera uruguaya en alcanzar esta certificación que hace foco en la seguridad alimentaria, el impacto ambiental y el bienestar de los trabajadores.

“Se certifica una manera de trabajar, que es amigable con el medio ambiente, con mucha protección a los trabajadores, con seguridad”, indicó.

Atravesar el proceso implicó “un acomodamiento, un cambio cultural en todas las etapas, desde reparar un motor a lavarse las manos en la chacra”.