La directora de gROU Agro, Ing. Agr. Lucía Bauer, comentó un reciente trabajo que “deja claro que las comunidades microbianas son los arquitectos invisibles del suelo. No solo degradan residuos o fijan nitrógeno, sino que construyen, literalmente, el suelo vivo”, según explicó.

Se refirió a las diferentes funciones que cumplen, así como al impacto de las prácticas agrícolas sobre esta vida subterránea. “Laboreo, monocultivo y uso excesivo de agroquímicos reducen la diversidad microbiana”, mientras que, con las prácticas enfocadas en la regeneración, rotaciones, integrar animales, y que utilizan insumos más biológicos, “aumentamos esa biomasa microbiana y mejoramos la salud del suelo”.

Habló también sobre la cooperación entre microorganismos, así como las posibilidades de identificar, en una muestra de suelo, “miles de especies microbianas, y conocer qué funciones cumplen”. La información reciente “abre la puerta a un manejo más inteligente de la fertilidad. Se trata no solo de reponer nutrientes, sino de activar los procesos biológicos que los hacen circular”, explicó.