“Gracias al trabajo coordinado, venimos obteniendo muy buenos resultados; gracias (también) a los productores, que vienen realizando el cambio” en el uso de desinfectante y en el manejo del ordeñe, dijo la doctora Florencia Ponce de León, del Área de Calidad de la Leche de Conaprole.

Explicó que los cloratos son un residuo perjudicial para la salud humana, y que existen restricciones de acceso a determinados mercados internacionales a partir de su presencia o no.

Los cloratos generalmente provienen del uso del cloro como desinfectante, pero también existen casos de tambos con presencia de cloratos no por la utilización de cloro para la desinfección, sino por un mal enjuague del jabón alcalino.

Describió el funcionamiento del sistema que monitorea la leche de los productores, desde donde se les reportan los resultados de los análisis “a través de un simple mensaje”, contó.